Qatar, sede de este Mundial de Fútbol, ha presumido de sus modernos estadios, de lujosos edificios, de autos de alta gama y de un perfecto funcionamiento de los servicios públicos. Todo parece muy bello, pero hay algo que no tiene sustituto: Los árboles.
La capital, Doha, no es una ciudad verde. Cuando se camina por la inmensidad del desierto que ahora está urbanizado se puede extrañar la belleza de los árboles, de hecho, se trata de un punto pendiente para un emirato que busca a como dé lugar convertirse en una nación atractiva para los turistas.
Sin embargo, esta región del planeta es un desierto, con épocas realmente hostiles para cualquier especie vegetal y donde la arena empobrecida de nutrientes no puede generar el crecimiento de bosques de modo espontáneo.
Un país urbano
Se trata de una nación con una dinámica muy distinta a la que estamos acostumbrados en países ricos en recursos naturales. Por tratarse de un desierto, el 99,2% de sus habitantes trabajan en la ciudad, lo que quiere decir que no existen asentamientos rurales.
De este modo, los pobladores se dedican al sector petrolero, gasífero, turismo o construcción, aunque es importante destacar que de los 2.8 millones de habitantes, apenas 250 mil son qataríes originarios.
El resto de la gente se encuentra en el lugar por razones laborales, especialmente hombres llegados de India, Pakistán e Irán, entre otros.
La vegetación existente
Según un informe de El Universal, la vegetación es limitada a jardines privados y requiere de mucha inversión en mantenimiento durante todo el año. Los propietarios de lotes verdes implementan el riesgo por goteo para mantener la hidratación del suelo, ya que las altas temperaturas aniquilan el crecimiento y la floración.
De las especies que se encuentran en el emirato se citan: Bambú de la suerte, Poto, Palo de Brasil, Diefembaquia, Espatifilo o lirio de la paz, etc. En Qatar se pueden conseguir hasta 20 tipos de flores y algunas son importadas, por lo que pueden resultar costosas.
Hay zonas públicas donde se muestran algunas áreas de jardín con especies locales de bajo crecimiento y eso forma parte de las curiosidades de esta debutante sede mundialista.
Otro dato interesante tiene que ver con la desigualdad de género en el emirato, ya que solo el 24,7% de la población es mujer, reseñó La República.
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