Tener un avión privado parece ser un sueño bastante común, pues probablemente todos hemos tenido malas experiencias al compartir un vuelo con tantas personas, desde el ruido, pasando por el olor, el espacio y hasta la privacidad pueden ser un problema, pero no para este pasajero, quien tuvo el vuelo de su vida y vivió como un rey durante un breve periodo de tiempo.
El vuelo de este hombre resultó ser toda una curiosidad en la historia de la aviación comercial, pues fue tan solo cuando ya se había acomodado en su asiento que se dio cuenta que era el único pasajero en el avión, por lo que disfrutó del mejor trato que la tripulación podía darle y de todo el espacio para el solo.
Hombre es tratado como rey por ser el único pasajero del avión donde iba
Paul Wilkinson, gerente de proyectos de St Annes, Lancashire volaba hasta Belfast desde Faro, Portugal para reunirse con su familia y rápidamente el miedo por ser el único abordando se convirtió en uno de los días más divertidos de su día, como él mismo lo ha explicado.
“No había nadie en la puerta, lo que me pareció extraño. Hablé con los comisarios que esperaban para tomar los pasaportes y me dijeron ‘Oh, señor Paul, usted es VIP hoy. Vuela solo” comentó el hombre para Daily Star, añadiendo que “se sentía como tener un jet privado”.
“Simplemente no parecía correcto. Pensé que en cualquier momento iban a decir que se había cancelado y que había habido una gran confusión” dijo Paul, quien disfrutó de poder conversar con el piloto antes de que despegara el avión e inclusive fue apodado “Rey Paul” por la tripulación.
Volar solo, la experiencia de una vida
“La tripulación de cabina sonreía, seguían llamándome Rey Paul. Pregunté si estaban bromeando, pero dijeron que tenía el avión para mí solo, que podía hacer lo que quisiera, pedir lo que quisiera” aclaró Paul, quien afirmó haber pagado menos de 200 dólares por su boleto.
“El servicio fue insuperable. Hicieron una demostración de seguridad uno a uno, tomamos fotografías y el capitán salió y conversó conmigo. En broma pedí un reembolso por mi asiento, que pagué. Fue simplemente surrealista. Fui a dar un paseo por el avión y escogí los baños” concluyó Paul sobre su experiencia.