Es común que los pacientes sientan ansiedad ante una intervención quirúrgica a pesar de que se trate de algún procedimiento aparentemente sencillo como la apendicectomía.
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El sólo hecho de ingresar a un quirófano ya supone un riesgo por múltiples factores como por ejemplo, el efecto de la anestesia y otros. De allí, el nerviosismo de muchos cuando los llevan a la sala de operaciones. Sin embargo, lo que nunca pensó un hombre en Washington, Estados Unidos, es que lo operarían de algo equivocado. En vez de sacarle el apéndice, le sacaron otro órgano que estaba saludable.
La historia es de George Piano, un hombre de 72 años. Es un caso atípico y preocupante que resultó en una demanda por mala praxis médica contra los cirujanos del Centro Médico de la Universidad de Washington Northwest.
George ingresó al quirófano en 2022 para someterse a una apendicectomía debido a un dolor intenso. Contrario a lo esperado, se despertó con más dolor en el apéndice y sin una parte de su colon. Este incidente llevó a George a describir su experiencia para el medio informativo USA Today, que dio a conocer públicamente lo que le ocurrió. Ante este portal, él describió que debido a esta mala praxis pasó “un año infernal”, por lo que no dudó en demandar a los médicos.
Graves consecuencias
El paciente detalló que durante la operación, los médicos no pudieron encontrar su apéndice. Una tomografía realizada dos días después reveló que el apéndice aún estaba presente, pero le faltaba una parte del colon.
El grave error resultó en una perforación de colon, causando sepsis e infección, poniendo en riesgo la vida de George. La situación obligó a una segunda cirugía para tratar la infección y reparar el daño en el colon, según acotó en una declaración para Kairo7 News.
George pasó 53 días en el hospital, enfrentando pérdida significativa de peso y complicaciones severas, incluyendo la necesidad de una bolsa de ileostomía. Su lucha actual incluye ansiedad, pérdida de memoria a corto plazo y dolor constante.
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Edward Moore, abogado del paciente, calificó la situación ante el medio KIRO como “incomprensible”, destacando la rareza de no poder localizar un apéndice durante una cirugía y los daños significativos resultantes.
Los cirujanos que operaron a George son de la Universidad de Washington Medicine, pero la institución no se ha pronunciado al respecto.
