NASA dice que la erupción del volcán de Tonga fue cientos de veces más potente que la bomba de Hiroshima

La NASA lanzó un comunicado analizando las consecuencias que tuvo el volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en nuestro planeta.

La bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima (junto con la de Nagasaki) en la Segunda Guerra Mundial marcó a la humanidad por su capacidad de destrucción. A partir de allí, muchas cosas se comparan con ella, para conocer su intensidad. ¿La más reciente? La erupción del volcán de Tonga.

A finales de diciembre de 2021 comenzó la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, en la isla del Pacífico. Días más tarde, a mediados de enero de 2022, explotó violentamente.

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La NASA realizó un análisis sobre las consecuencias de la erupción, calificándola de cientos de veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima.

Jim Garvin, científico de la NASA, dio a conocer los detalles en un comunicado.

“Esta es una estimación preliminar, pero creemos que la cantidad de energía liberada por la erupción fue equivalente a entre 4 y 18 megatones de TNT. Ese número se basa en cuánto se eliminó, qué tan resistente era la roca y qué tan alto la nube de erupción fue soplada en la atmósfera a un rango de velocidades”.

La bomba Little Boy, lanzada el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima, creó una explosión equivalente a 16 megatones. Mientras que la bomba de Nagasaki, del 9 de agosto de 1945, generó una detonación de unos 22 megatones.

Al estar preparados los habitantes de Tonga, la cantidad de fallecidos fue reducida: se habla de tres.

Hiroshima dejó hasta 160 mil muertos, y Nagasaki unos 80 mil.

Los científicos de la NASA compararon el volcán de Tonga con otros dos volcanes: el Monte St. Helens (1980, 24 megatones) y el de Krakatoa (1883, 200 megatones de energía).

Así llegó la NASA a las mediciones sobre el volcán de Tonga

Para llegar a las mediciones, Garvin y otros investigadores desarrollaron mapas detallados del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai por encima y por debajo de la línea de flotación. Utilizaron para ello radares de alta resolución de la Agencia Espacial Canadiense Misión Constelación RADARSAT, además de observaciones de la compañía de satélites comerciales Maxar y altimetría de ICESat-2 de la NASA.

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“A principios de enero, nuestros datos mostraron cómo la isla se había expandido en un 60% en comparación con diciembre, antes de que comenzara la actividad”, recalcó Garvin. “Toda la isla había sido completamente cubierta por una décima parte del kilómetro cúbico de ceniza nueva”.

“Todo esto”, insiste el científico de la NASA, “fue bastante normal, un comportamiento esperado”.

No obstante, las explosiones del 13 y el 14 de enero enviaron cenizas hasta la estratósfera. Las del 15 enviaron material hasta los 40-50 kilómetros de altitud, cubriendo las islas cercanas con cenizas y desencadenando un tsunami.

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La potencia del volcán de Tonga superó a una tipo Surtseyan, llamada así en honor a una ocurrida frente a la costa sur de Islandia en 1963, que ocasionó el nacimiento de una nueva isla volcánica, Surtsey. Son explosiones que remodelan el paisaje, ampliando la isla o creando nuevas.

“Esta no fue una erupción estándar de Surtseyan, debido a la gran cantidad de agua que tuvo que estar involucrada. De hecho, algunos de mis colegas en vulcanología piensan que este tipo de evento merece su propia designación. Por ahora, lo estamos llamando extraoficialmente una erupción ultra Surtseyan”.

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