PARÍS (AP) — Simone Biles es una gimnasta inigualable. Incluso cuando no llega a la perfección.
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La estrella estadounidense superó el jueves a la brasileña Rebeca Andrade durante una tensa final del concurso completo individual.
El total de 59.131 de Biles aventajó por apenas un punto los 57.932 de Andrade, uno de los resultados más reñidos de Biles en una gran competición internacional.
Biles inclinó la final con un destacado ejercicio de suelo, tal y como lo hizo en la final por equipos.
Fue su segundo oro en París y el sexto de su trayectoria olímpica.
Sunisa Lee, la campeona de los Juegos de Tokio hace tres años, se llevó la presea de bronce tras haber lidiado en los últimos 15 meses con problemas renales que comprometieron su participación en París.
La prueba acabó de la misma manera como todas las que Biles arrancó y finalizó en los últimos 11 años con abrazos y una oro.
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Además de una cadena con un cabra de plata — con el oro — como alusión a las siglas en inglés de GOAT (Las Más Grande de Todos los Tiempos) colgada en el cuello.
“Es una locura que me tengan en la conversación de ‘las más grandes atletas' porque sigo pensando que 'soy Simone Biles de Spring, Texas, y me encanta hacer volteretas”, dijo.
El margen de victoria fue el más estrecho desde que Biles conquistó el tercero de su cifra récord de seis campeonatos mundiales en 2015.
Entonces era una adolescente. Ahora es un ícono.
La mujer de 27 años ha redefinido lo que una gimnasta puede hacer —especialmente por su longevidad — al convertirse en la tercera que obtiene dos títulos olímpicos en el all-around. Ha emulado a Larisa Latynina, quien lo hizo para la Unión Soviética en 1956 y 1960, y a Vera Caslavska con Checoslovaquia en 1964 y 1968.
Biles es la mujer de mayor edad que conquista el cetro más importante de su deporte desde que Maria Gorokhovskaya, entonces con 30 años, se consagró con la Unión Soviética al ganar el primer concurso completo en Helsinki 1952.
Pero el sexto oro de Biles y su novena presea en total — la misma cantidad acumulada por la legendaria rumana Nadia Comaneci, presente en la Arena de Bercy junto a otras luminarias como la selección de baloncesto masculino de Estados Unidos — no fue fácil como muchos de los logros previos en su carrera extraordinaria.
Midió mal una transición en las barras asimétricas, el más débil de sus cuatro aparatos, al desprenderse de la horizontal alta prematuramente.
Aunque no se cayó — Biles retomó la rutina a pura voluntad — frenó su impulso y ello le costó en la anotación para quedar detrás de Andrade al cabo de dos rotaciones.
El déficit no duró demasiado.
Biles replicó con un impecable desempeño en la viga de equilibrio, llevándose una puntuación de 14.566, la más alta entre las 24 finalistas. En cambio, Andrade retrocedió al segundo lugar cuando se tambaleó en su rutina de piso, la prueba predilecta de Biles.
Andrade medalla de plata por detrás de Lee en 2021, necesitaba cumplir con el mejor ejercicio de piso de su vida para dar alcance a Biles. Pero no se pudo. La brasileña llegó a salirse del tapiz, un problema insignificante pero suficiente para restar margen de maniobra a la brasileña de 25 años.
“No quiero volver a competir contra Rebeca”, indicó Biles. “Estoy agotada. Estuvo bien cerca esta vez. Nunca había tenido a alguien tan cerca”.