SAINT-DENIS, Francia (AP) — Sharon Firisua, de las Islas Salomón, parecía y actuaba como una velocista al colocarse en su bloque de salida. Pero cuando se disparó el arma, fue una maratonista que intentaba correr.
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La corredora de distancia, que obtuvo la única plaza de su país para los 100 metros femeninos en los Juegos Olímpicos de París, terminó última en su serie de primera ronda el viernes. Su tiempo de 14.31 segundos, sin embargo, fue un tope personal.
Se trata de su tercer viaje a unos Juegos — y el primero como velocista. Corrió los 5.000 metros en Río 2016 y el maratón en Tokio en 2021.
Cuando Firisua no se clasificó para París, los dirigentes olímpicos de su país decidieron asignarle el puesto de comodín que se les había otorgado. Esas plazas están reservadas para países pequeños para brindar oportunidades de competencia a sus atletas, incluso si no cumplen con las marcas mínimas.
La elección de Firisua no estuvo exenta de polémica. La mejor velocista del país, Jovita Arunia, no se clasificó para el evento y no se le dio este lugar.
“Soy la velocista (del momento)... No sé qué salió mal, es increíble”, dijo Arunia a ABC News de Australia, quien agregó que está considerando dejar el deporte. “No voy a competir más por lo que hicieron”.