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Revelan que los asesores de la Casa Blanca ocultaron el deterioro mental de Joe Biden

El personal presidencial formó un escudo hermético alrededor de Biden, de 82 años, según NY Post

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla sobre los planes económicos de su gobierno y el futuro de la economía estadounidense en la Brookings Institution en Washington, el 10 de diciembre de 2024. (AP Foto/Susan Walsh) AP (Susan Walsh/AP)

Al parecer, los asesores de la Casa Blanca sabían el deterioro que tiene mentalmente Joe Biden y estos lo protegieron para que siguiera su administración como si nada. Incluso, el informe reveló que, desde el primer día de su presidencia, lo están encubrieron de dar declaraciones en público y actuaciones dispersas.

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La falta de presencia del presidente estadounidense es conocida porque Biden ha organizado la menor cantidad de conferencias de prensa multitudinarias de la historia moderna y ha caído con frecuencia en errores en el podio cuando ha aparecido, pero no se sabía las implicaciones que tendría la Casa Blanca en eso. La información fue publicada por Wall Street Journal, según asistentes, legisladores demócratas y donantes que declararon sobre el tema.

Deterioro mental de Joe Biden

Biden, a sus 82 años de edad, “asumió el cargo en medio de la pandemia de COVID-19, y el personal limitó inmediatamente sus interacciones en persona en enero de 2021. Pero el personal también comenzó a hacer ajustes a los planes diarios cuando el presidente parecía cansado o seguía tropezando en el escenario mundial, tanto en sentido figurado como literal”, reseña NY Post.

En la primavera de 2021, las reuniones se reprogramaron para adaptarse a sus “días buenos y días malos”.

Según el Journal, un funcionario de seguridad nacional le dijo a un asistente en ese momento: “Tiene días buenos y días malos, y hoy fue un mal día, así que vamos a abordar esto mañana”.

Reuniones sumamente reducidas con Joe Biden

Constantemente, las reuniones debían reprogramarse para más tarde en el día y, según el mismo Biden, admitió tenía dificultades para funcionar fuera de una ventana de seis horas que cerraba alrededor de las 4 de la tarde.

Una vez dentro de la sala con el presidente, los funcionarios recibieron instrucciones de que sus informes fueran breves y concisos. A lo que las reunieron con su gabinete se hicieron cada vez menos frecuentes.

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