VALLADOLID, 7 (EUROPA PRESS)
El concejal de Urbanismo y Vivienda, José Ignacio Zarandona, ha explicado que se da un paso adelante para la construcción este edificio, "viejo anhelo del barrio" de Arturo Eyries, en una parcela de la que es titular la Junta de Castilla y León.
El proyecto que plantea la administración autonómica prevé una inversión que rondará los 30 millones de euros para construir un edificio de cinco plantas sobre rasante (más baja y un sótano), con un total de 17.855 metros cuadrados construidos, en los que se acogerá a más de 500 trabajadores.
Zarandona ha mencionado que la Administración autonómica comenzó a plantear este proyecto hace más de una década, ya que en 2010 convocó un concurso y se planteó un primer proyecto que hubo que "reactivar" en 2022, cuando se actualizó el proyecto básico y de ejecución, elaborado por el Estudio González Arquitectos.
Ahora, el Ayuntamiento concede la licencia de obras aunque por el momento la Junta de Castilla y León no tiene una fecha prevista para el inicio de las mismas, pues fuentes de la Consejería de Familia han señalado que se ultiman actualmente los trámites referidos a la supervisión del proyecto y una vez concluido se estaría "en condiciones de iniciar los trámites para la licitación de la obra".
El edificio de la nueva sede de la Consejería y de la Gerencia Regional de Servicios Sociales se ubicará en una parcela de 6.621,91 metros cuadrados con la previsión de construir un total de 17.855,61 metros cuadrados distribuidos en un total de siete plantas (sótano, más baja más cinco plantas sobre rasante).
Fuentes de la Consejería señalan que el edificio es un ejercicio de "arquitectura sensata", en el que la "racionalidad, flexibilidad y servicio a los usuarios son esenciales" con "la premisa de la utilización lógica de los recursos medioambientales y económicos de la administración, se hace un proyecto con la mayor sensatez constructiva".
El edificio se configura con un esquema de "uso sencillo y claro, donde la flexibilidad y la adaptación del uso son las claves que guían el desarrollo del proyecto, en el que se busca una planta lo más libre posible, que se adapte a los posibles cambios de uso".
El edificio de geometría rectangular se articula en dos usos claramente diferenciados, en su fachada norte se ubica el cuerpo de servicios compuesto por los núcleos de comunicación, instalaciones, archivos y servicios, principalmente; mientras que en la fachada sur se encuentran las oficinas en el que se ubicarán los despachos cerrados, así como las oficinas paisaje abiertas.
El acceso al edificio se realizará por la planta baja desde la fachada norte, donde se ubica una nueva plaza que permite integrar el edificio en su entorno, a la vez que revaloriza la urbanización. Así mismo, en su fachada sur, a continuación de un parque existente, se ubicará la cafetería que da servicio a este edificio así como a los de su entorno, puesto que su ubicación permite su uso sin interferir en la actividad principal del inmueble, incluso en horario diferente.
En el exterior del edificio se busca una imagen moderna, cálida y representativa, en él se refleja la claridad de la propuesta, diferenciándose el bloque servidor y las oficinas.
En el primero se plantea una materialidad más compacta, técnica y limpia; mientras que en el bloque de oficinas, es necesaria una protección solar acorde a su orientación, que a su vez permita matizar la intensa luz del sur. Por otra parte, el salón de actos se configura como un volumen semiexento en planta baja, que permite la generación de patios con vegetación en el vestíbulo, lo que le singulariza y aporta calidez.