¿Quién es el Ekeko? Un dios pagano al que los bolivianos rinden culto y que llevó su fiesta a Perú

LA PAZ, Bolivia (AP) — El Ekeko es un hombre regordete y bigotudo que carga entre sus ropas billetes, alimentos y objetos en miniatura. Considerado el dios de la abundancia, una deidad pagana, cada 24 de enero es el principal personaje de la festividad de la Alasita en La Paz, en Bolivia, y en algunas partes de Perú.

Según la creencia popular, hace realidad los sueños de quienes le presentan en miniatura cuál es el objeto de su deseo. A él acuden las familias bolivianas con figuritas de todo tipo para que mejore su fortuna.

The Associated Press recopila las curiosidades de esta colorida celebración en ambos países y por qué es tan importante el Ekeko en la tradición festiva.

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¿Cómo se homenajea al Dios de la Abundancia?

Los creyentes de Ekeko le llevan cada año figuras y objetos en miniatura que representan billetes, productos de la canasta familiar, casas, vehículos, computadoras, títulos profesionales y hasta certificados de matrimonio. ¿Para qué? Para que el dios pagano los convierta en realidad.

En la feria que se levanta en su honor, una especie de mercado en el centro de La Paz, reina el caos por unos días ante las compras de miniaturas que hacen los bolivianos que luego son bendecida a las puertas de la iglesia católica. Posteriormente, son challadas o rociadas con alcohol, vino e incienso por brujos aymaras, que hablan en su lengua y piden que se hagan realidad los sueños.

Y aunque en Lima, la capital peruana, esa feria tiene las mismas dimensiones, también está presente. Al mediodía del viernes, al ritmo de la música folclórica boliviana, en la llamada “feria de los deseos” se realizó una ceremonia a un Ekeko de 1,70 metros de alto. Los chamanes o curanderos aymaras también la rociaron con cerveza y vino.

¿Por qué Ekeko es tan importante para bolivianos y peruanos?

“Porque en esta festividad podemos compartir nuestros sueños y deseos y hacerlos realidad. Y porque nos reúne con las familias”, respondió Barbara Choque, una mujer aymara de 52 años que compraba sus alimentos en miniatura para que este año no le falte comida ante la crisis económica que atraviesa Bolivia.

Esta fe en el Ekeko hizo que la empresaria Lidia Cortez, de 67 años, nacida en la ciudad peruana de Puno, lleve la festividad hasta Lima. “Todo lo puedes adquirir en miniatura y eso lo puedes colocar al Ekeko para que se haga realidad”. agregó.

En Bolivia, la celebración llega a incluso a los barrios y al centro del poder político. El presidente Luis Arce salió a puertas del Palacio de Gobierno y regaló billetes pequeños, mientras en Perú una entidad financiera llamada “Caja Huancayo” usa al Ekeko como símbolo en su publicidad.

En 2017, la celebración fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por UNESCO.

¿Cuál es el origen de la festividad?

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Considerado como el dios de la abundancia y de la fertilidad está asociado con Tunupa, dios del agua y del fuego en la civilización Tiahuanaco (500 y 900 d.C), dijo a la AP Vida Tedesqui, socióloga e investigadora de la Secretaría Municipal de Culturas y Turismo de la Alcaldía de La Paz.

“En tiempos prehispánicos ya había esta festividad, que está muy relacionada con el ciclo agrícola, la lluvia y el sol. En esos tiempos, había las illas, que son representaciones simbólicas de los objetos físicos, muchos de ellos animales, que ya eran intercambiados”, explicó.

Alrededor de este personaje, se han creado muchas leyendas y mitos. Una de ellas es que ayudó a combatir la escasez de alimentos tras un cerco a La Paz del líder indígena Tupac Katari, quien quería independizarse del reino español.

El historiador peruano Juan La Serna señaló en su libro “Dioses y mercados de la fortuna” que José Sebastián de Segurola, el gobernador español en La Paz, fue quien ordenó celebrar una fiesta anual en su honor en 1781.

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¿Cómo convive esta celebración con la religión católica?

Un día antes del día dedicado al Ekeko, sale una procesión con decenas de comerciantes y artesanos de la feria de Alasita en honor de la virgen Nuestra Señora de La Paz, patrona de la ciudad. En medio, desfilan personas disfrazadas de Ekekos regalando billetes pequeños, muchos de ellos simulaciones de dólares.

“Hay un sincretismo entre el culto andino y la fe católica”, apuntó Tedesqui.

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Shantal Quispe, vendedora de 18 años, cuenta que en el sur peruano también se la relaciona con alguna otra celebración católica. “Viajamos a las fiestas del Señor de Qoyllur Ritti en Cusco o la Virgen de Chapi, en (la región) Arequipa y en esos lugares hay ferias donde vendemos los deseos y al Ekeko”, menciona.

¿Cuánto se gastan en esta fiesta?

En La Paz, la festividad genera un gran movimiento económico en los más de 30 días que suele durar la feria. Aglutina a unos 6.000 comerciantes y decenas de brujos aymaras. Los creyentes de esta tradición suelen gastar entre cinco y 20 dólares dependiendo de los objetos y la cantidad que compren.

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En Lima, más de medio centenar de comerciantes tienen puestos de venta. Los asistentes gastan entre tres y 20 dólares.

¿Se festeja en todas las partes del país?

La festividad salió de las fronteras de La Paz y en otras regiones del país la celebran en diferentes fechas. En ocasiones, son los mismos comerciantes los que extienden la tradición al llevar las miniaturas, entre ellas las estatuillas del Ekeko, a otras regiones.

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En Perú, la celebración principal se realiza los primeros días de mayo, pero la costumbre de vender miniaturas y al Ekeko ha llegado a varios pueblos peruanos en otros meses del año en las regiones de Junín, Moquegua, Cerro de Pasco, Cusco y Lima.

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Briceño reportó desde Lima, Perú.

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