BOGOTÁ (AP) — Dos altos funcionarios del gobierno colombiano renunciaron el miércoles luego de que quedaran al descubierto las tensiones internas en un inusual consejo de ministros transmitido por televisión en el que el presidente Gustavo Petro pedía cuentas y hacía exigencias a su gabinete.
“Decidí que se hiciera expuesto al pueblo para obtener respuesta del gabinete sobre ese incumplimento” de sus promesas de gobierno, señaló el miércoles Petro desde X, antes Twitter. “Se prefirió evadir las respuesta y lanzar el ataque caníbal y autodestructivo que es una tradición histórica no solo de la izquierda sino de Colombia”, reclamó.
Pese a la polémica generada, Petro anunció que en adelante todos los consejos de ministros serán televisados.
Lo que para el mandatario fue un acto de transparencia con la ciudadanía que lo eligió como el primer presidente de izquierda en el país, terminó generando inconformidad en los ministros y reforzando críticas sobre su capacidad de ejecución ante un ambicioso programa de gobierno que prometía “el cambio” en un país tradicionalmente gobernado por la derecha y los moderados.
El primero en hacer pública su renuncia fue Jorge Rojas, director del departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), quien había asumido dicho cargo hace una semana, luego de desempeñarse como viceministro de Relaciones Exteriores.
“Lo que pasó ayer muestra nuestras debilidades, nuestras angustias, pero también debe mostrar la fortaleza y la decisión de un equipo de gobierno que quiere seguir adelante... yo no puedo estar más en el Dapre”, aseguró en W Radio Rojas, considerado uno de los funcionarios más cercanos al presidente.
Luego, presentó su carta de renuncia “irrevocable” el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa. En ella nombró algunos de los que considera sus logros, pero no justificó su dimisión.
Entre tanto, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, propuso el miércoles a los demás miembros del gabinete una renuncia protocolaria inmediata para “dejar en libertad al señor Presidente de hacer los cambios que él considere” en vista que, tras las críticas públicas, “como jefe de Estado no está satisfecho con los resultados y un sector importante de la opinión nacional tampoco”, señaló desde X.
El rutinario y semanal consejo de ministros suele ser privado, pero en la noche del martes fue transmitido en directo por la presidencia. Varios ministros dijeron que no fueron informados sobre la decisión de hacer pública la reunión de planeación.
“Salió muy mal, los ministros probablemente se sintieron traicionados, acorralados y terminaron en esta pelea pública que nunca es buena para un gobierno, es algo que a nivel de comunicación política da una imagen desastroza”, afirmó a The Associated Press Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
La tensión queda al descubierto cuando Petro atraviesa el último tramo de su mandato, a terminar por ley en 2026, con el gran desafío de dejar un legado que le permita a la izquierda continuar en el poder. Sucede también cuando lucha por lograr que sus ambiciosas reformas sociales al sistema de salud y de trabajo sean aprobadas por un esquivo Congreso en el que no goza de las mayorías.
Petro, que suele dar instrucciones y anunciar decisiones por X, pasó al escenario de la transmisión en vivo del consejo de ministros sorteando las críticas de sus más leales ministros a un reciente nombramiento como jefe de despacho a Armando Benedetti, un político que ha recibido una denuncia por presunta violencia de género que ha negado, así como otros escándalos por audios filtrados en los que insinúa posibles irregularidades en la campaña presidencial de Petro.
“Realmente, como feminista y como mujer yo no me puedo sentar en esta mesa de gabinete, de nuestro proyecto progresista, con Armado Benedetti”,reclamó durante la reunión la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. "Y yo no soy la que voy a renunciar presidente, porque yo no renuncio ni al proyecto ni al gobierno", agregó.
La llegada de Benedetti también causó molestia a la vicepresidenta Francia Márquez, la primera afrodescendiente en ocupar dicho cargo: “No comparto su decisión de traer a este gobierno a estas personas”.
En la transmisión que se extendió por seis horas, el presidente se refirió a asuntos de política exterior, como su reciente tensión con el gobierno de Donald Trump generada por la negativa de Colombia a recibir dos aviones militares con inmigrantes deportados.
Aunque Colombia terminó por ceder y recibió los vuelos en aviones de su fuerza aérea, tras amenazas mutuas de aranceles, Petro hizo notar que no quedó satisfecho con el manejo de la crisis: “Trump cree que nos arrodillamos por la mercancía, pero nosotros no somos como él. Primero llegan sin esposas, luego hablamos de negocios”.
Colombia propuso a Estados Unidos la semana pasada asumir el traslado de sus connacionales deportados desde ese país de “manera inmediata” y dijo estar evaluando opciones aéreas o marítimas, con la condición de que los inmigrantes no lleguen esposados.
Petro también recalcó su postura contra el prohibicionismo en la política antinarcóticos y comparó la cocaína con el whiskey, asegurando que la primera es ilegal porque se produce en América Latina. “La cocaína no es más mala que el whiskey y lo que sí le cayó a Estados Unidos, que es el fentanilo, eso sí los está matando”.