MADRID 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
La transferencia de calor solar a la superficie de la Tierra afecta la actividad sísmica, aunque sea mínimamente, sugiere un nuevo estudio, por lo que incorporar predicciones de actividad solar en modelos detallados de temperatura de la Tierra puede ayudar a emitir pronósticos de terremotos
Investigadores de la Universidad de Tsukuba y del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón exploran la probabilidad de que el clima de la Tierra, afectado por el calor solar, desempeñe un papel en la actividad sísmica. El estudio, publicado en 'Chaos', de AIP Publishing, se basa en uno que un par de investigaciones previas, publicadas en la misma revista en 2022. Estas relacionaban la actividad solar, en particular la cantidad de manchas solares, con los sistemas sísmicos en la Tierra para establecer un efecto causal.
"El calor solar provoca cambios en la temperatura atmosférica, que a su vez pueden afectar a aspectos como las propiedades de las rocas y el movimiento del agua subterránea", apunta el autor Matheus Henrique Junqueira Saldanha, de la citada universidad. "Estas fluctuaciones pueden hacer que las rocas sean más frágiles y propensas a fracturarse, por ejemplo, y los cambios en las precipitaciones y el deshielo pueden alterar la presión sobre los límites de las placas tectónicas. Si bien estos factores pueden no ser los principales impulsores de los terremotos, podrían desempeñar un papel que ayude a predecir la actividad sísmica".
Utilizando métodos matemáticos y computacionales, los investigadores analizaron datos sísmicos junto con registros de actividad solar y temperaturas superficiales de la Tierra. Entre otros hallazgos, observaron que cuando incluyeron las temperaturas de la superficie terrestre en su modelo, el pronóstico se volvió más preciso, especialmente para terremotos poco profundos. "Eso tiene sentido, ya que el calor y el agua afectan principalmente a las capas superiores de la corteza terrestre", plantea Junqueira Saldanha.
Los hallazgos sugieren que la transferencia de calor solar a la superficie de la Tierra afecta la actividad sísmica, aunque sea mínimamente, y que incorporar predicciones de actividad solar en modelos detallados de temperatura de la Tierra puede ayudar a emitir pronósticos de terremotos. "Es una dirección apasionante y esperamos que nuestro estudio arroje algo de luz sobre el panorama más amplio de lo que desencadena los terremotos", finaliza Junqueira Saldanha.