Ciencia.-Las hormigas recuerdan las malas experiencias

MADRID, 9 (EUROPA PRESS)

Dirigidos por el Dr. Volker Nehring, investigador asociado del grupo de Biología Evolutiva y Ecología Animal, los investigadores comprobaron cómo las hormigas de prueba recordaron las experiencias negativas que tuvieron durante estos encuentros.

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Cuando se encontraron con hormigas de un nido que previamente habían experimentado como agresivas, se comportaron de manera más agresiva con ellas que con hormigas de nidos desconocidos para ellas. Las hormigas que se encontraron con miembros de un nido del que previamente solo se habían encontrado con hormigas pasivas fueron menos agresivas. Los resultados se han publicado en la revista Current Biology.

Las hormigas utilizan los olores para distinguir entre los miembros de su propio nido y los de otros nidos. Cada nido tiene su propio olor específico. Estudios anteriores ya han demostrado que las hormigas se comportan agresivamente en particular con sus vecinas más cercanas.

Son especialmente propensas a abrir sus mandíbulas y morder, o rociar ácido y matar a sus competidoras. Las hormigas son menos propensas a realizar maniobras tan agresivas contra nidos que están más alejados del suyo. Hasta ahora, no estaba claro por qué ocurre esto. El equipo de Nehring ha descubierto ahora que las hormigas recuerdan el olor de los atacantes. Por eso son más agresivas cuando se enfrentan a competidores de nidos que conocen.

Los científicos llevaron a cabo un experimento en dos fases. En la primera fase, las hormigas adquirieron diferentes experiencias: un grupo se encontró con hormigas de su propio nido, el segundo grupo se encontró con hormigas agresivas de un nido rival A y el tercer grupo se encontró con hormigas agresivas del nido rival B. En total, tuvieron lugar cinco encuentros en días consecutivos, con una duración de un minuto cada uno.

En la siguiente fase de prueba, los investigadores examinaron cómo se comportaban las hormigas de los diferentes grupos cuando se enfrentaban a competidores del nido A. Las hormigas que ya se habían enfrentado a congéneres de este nido en la primera fase se comportaron significativamente más agresivamente que las de los otros dos grupos.

Para comprobar hasta qué punto la agresividad aumenta a partir del comportamiento de las hormigas de un determinado nido, los científicos repitieron el experimento de una forma ligeramente modificada. En la primera fase, diferenciaron entre encuentros con hormigas agresivas y pasivas. Se aseguraron de que una hormiga se comportara de forma pasiva cortándole las antenas. En la segunda fase del experimento, las hormigas que hasta entonces sólo se habían encontrado con competidoras pasivas se comportaron de forma significativamente menos agresiva.

"A menudo tenemos la idea de que los insectos funcionan como robots preprogramados", dice Nehring en un comunicado. "Nuestro estudio aporta nuevas pruebas de que, por el contrario, las hormigas también aprenden de sus experiencias y pueden guardar rencor". A continuación, Nehring y su equipo investigarán si las hormigas adaptan sus receptores olfativos a sus experiencias, y en qué medida lo hacen, reflejando así lo que han aprendido también en este nivel.

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