WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump declaró el viernes que quiere reducir el déficit comercial de Estados Unidos con Japón mientras daba la bienvenida al primer ministro japonés Shigeru Ishiba a la Casa Blanca para su primer encuentro cara a cara.
Trump añadió que no descarta la posibilidad de imponer aranceles contra Japón, pero cree que el problema puede resolverse sin tomar medidas punitivas. Estados Unidos tiene un déficit comercial de 68.000 millones de dólares con Japón.
“Creo que será muy fácil para Japón”, indicó Trump al inicio de su reunión en el Despacho Oval con Ishiba. “Tenemos una relación fantástica. No creo que tengamos ningún problema. Ellos también quieren equidad”.
Trump anunció que Nippon Steel estaba abandonando su adquisición de U.S. Steel, con sede en Pittsburgh, y en su lugar haría una “inversión, en lugar de una compra”. Trump señaló que él “mediaría y arbitraría” mientras las empresas negocian la inversión. Trump se refirió erróneamente a Nippon Steel como “Nissan”, el fabricante de automóviles japonés.
El presidente Joe Biden, antes de dejar el cargo el mes pasado, bloqueó la compra, citando preocupaciones de seguridad nacional. Trump en diciembre sostuvo que estaba “totalmente en contra de que la otrora grande y poderosa U.S. Steel fuera comprada por una compañía extranjera”. Le dijo a los periodistas el viernes que sigue oponiéndose a la venta.
Nippon y U.S. Steel habían presentado una demanda destinada a restaurar el acuerdo. Y Nippon ha intensificado su campaña pública, argumentando que la “transacción está en línea con el enfoque del presidente Trump” en la manufactura y “contribuye a los objetivos del presidente Trump de promover la inversión en Estados Unidos, crear empleos en Estados Unidos y fortalecer la manufactura en Estados Unidos”.
El impulso de Trump para reducir el déficit comercial se produce mientras busca aplicar aranceles tanto a amigos como a enemigos en un esfuerzo por impulsar la manufactura estadounidense.
Ishiba, quien realizaba un viaje relámpago a Washington para tener un encuentro cara a cara con Trump, afirmó que entiende que el objetivo de Trump es una política comercial mutuamente beneficiosa.
Pero Ishiba señaló que las compañías japonesas han ocupado el primer lugar en inversión directa extranjera acumulada en Estados Unidos durante los últimos cinco años. Añadió que Japón buscaba invertir más en Estados Unidos.
El primer ministro también elogió a Trump, diciendo que se inspiró en la “presencia indomable” de un Trump ensangrentado levantando el puño después de sobrevivir a un intento de asesinato en un mitin de campaña en julio. Ishiba añadió que muchos en Japón también estaban emocionados por su regreso a la Casa Blanca.
“No solo entre los políticos, sino también entre el público general y los líderes empresariales”, aseveró Ishiba. “Hay muchos que esperaban ansiosamente su regreso”.
Ishiba hizo mucho trabajo de preparación antes de su reunión con Trump.
Se reunió esta semana con el CEO de SoftBank, Masayoshi Son, y el CEO de OpenAI, Sam Altman, dos ejecutivos que Trump recibió recientemente en la Casa Blanca. Buscó consejo de su predecesor inmediato, Fumio Kishida.
Ishiba incluso llamó a la viuda de Shinzo Abe, el primer ministro japonés con quien Trump estableció lazos durante su primer mandato.
“Me gustaría centrarme en construir una relación personal de confianza entre nosotros dos”, manifestó Ishiba a los periodistas antes de dirigirse a Washington.
Es una tarea difícil para Ishiba replicar la relación del presidente con Abe, quien renunció como primer ministro en 2020 y fue asesinado por un pistolero mientras daba un discurso de campaña en 2022. Sin embargo, Ishiba está haciendo de esto una prioridad para conectar con Trump.
Ishiba, quien asumió el cargo en octubre, es solo el segundo líder mundial en visitar la Casa Blanca durante el nuevo mandato de Trump. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu esta semana fue el primero.
Ishiba llegó el jueves por la noche para su visita de aproximadamente 24 horas a Washington.
El viaje rápido era esencial para Ishiba mientras busca asegurar que Estados Unidos y Japón mantengan una relación sólida con el regreso de Trump. Ambos países buscan contrarrestar las políticas de China en el Pacífico y tienen preocupaciones sobre las armas nucleares de Corea del Norte.
“Creo que el primer ministro Ishiba ciertamente ve esto como una oportunidad importante y crítica para él de restablecer lo que fueron vínculos excepcionales entre el presidente Trump y Japón en la primera administración de Trump”, dijo el senador Bill Hagerty, un republicano de Tennessee que sirvió como embajador de Trump en Japón durante su primera administración.
Abe fue uno de los pocos líderes mundiales que desarrolló un vínculo con Trump durante su primer mandato. Trump afirmó que el asesinato de Abe en julio de 2022 fue un momento difícil para él.
Trump y Abe desarrollaron su relación a través de rondas de golf y cenas con sus esposas en el resort de Trump en Palm Beach, Florida, Mar-a-Lago. Durante la visita de Estado de Trump a Japón en 2019, Abe llevó a Trump a un combate de sumo y organizó que fuera el primer líder en reunirse con el emperador recién entronizado de Japón.
“Shinzo fue un gran amigo mío”, declaró Trump. “No podría haberme sentido peor cuando eso le sucedió en un evento horrible. Pero él también era un amigo suyo, y tenía un tremendo respeto por usted”.
Trump, al principio de su primer mandato en la Casa Blanca, amenazó con un “gran impuesto fronterizo” al fabricante de automóviles japonés Toyota si construía una planta en México y criticó a Japón por lo que consideraba un gasto de defensa insuficiente.
___
Yamaguchi reportó desde Tokio. El corresponsal Didi Tang contribuyó con esta nota.
—-
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.