MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
"Ese cuarto al que va (Martín Gaite) a recordar, va a refugiarse. Habla de la literatura como refugio, de la memoria de la posguerra. De cómo ella vivió ese cuarto de atrás, ese refugio en el que jugaba, escribía. Ese espacio donde comenzó a imaginar y a soñar, para mí, ese cuarto de atrás también se ha convertido en un refugio cada noche que interpretamos este texto", ha apuntado Suárez durante la presentación del montaje este miércoles.
La propuesta, que se enmarca en el centenario del nacimiento de la escritora, está bajo la dirección de Rakel Camacho con dramaturgia de María Folguera y personajes de Suárez, Alberto Iglesias y Nora Hernández.
Precisamente, Folguera ha explicado que la obra --que no es biográfica, pero "claramente" es "referencial" de la trayectoria de la escritora-- no sólo habla de Franco y de los años de la transición, si no que aborda temas como el tiempo o la soledad de Martín Gaite ante el mundo de la creación.
"La importancia de ese cuarto de atrás está vinculada a lo íntimo, a lo privado, y a lo público, a la historia personal y a la historia de España en ese momento concreto, año 1978, punto de partida que empieza con el entierro de Franco", ha concretado Camacho.
En ese sentido, tanto la directora como la dramaturga han apuntado que en 'El cuarto de atrás' está latente el miedo previo a la llegada una nueva época desconocida --la transición en España-- y la existencia de una "resistencia pequeñita" durante el franquismo.
"Este libro es del 78, cuando Martín Gaite acaba de tomar conciencia de que ha terminado un tiempo y de que necesita mirar atrás y hablar de ese miedo. Necesita hablar de esa resistencia pequeñita y esa intimidad. Como gran obra literaria nos sigue interpelando. No es solo sobre Franco o sobre la transición. Está más viva que nunca porque es una obra sobre tener miedo y en el año 2025 nos podemos identificar plenamente con sentir miedo. Es una obra sobre tener miedo y resistir, sobre la imaginación que dialoga también con su propio miedo", ha agregado Folguera.
Aun así, ambas mujeres han reiterado en varias ocasiones que los temas de la obra de la escritora son "tantos" que para su adaptación al teatro se ha tenido que "aligerar" en referencias, aunque la "esencia" está.
"EL ESPECTADOR SE PIERDE"
Por su parte, Iglesias --que da vida al "hombre de negro" en el montaje-- ha adelantado que es probable que el espectador se pierda con la obra y ha lanzado una demanda "amable y cariñosa" a los que acudan al Teatro de la Abadía, de que vayan sin el cerebro "colocado".
"Se nos escapó el personaje (...) En este viaje onírico el espectador también se pierde, ahí voy a lanzar una demanda amable y cariñosa: no vayamos al teatro con el cerebro demasiado colocado, no vayamos a entenderlo todo (...) Mejor un laberinto que un castillo, no siempre tenemos la oportunidad --como espectadores-- de ver espectáculos que nos hagan vivir la experiencia más que visualizar o escuchar, tratando de buscar la lógica. Los sueños son un desafío a la lógica. La literatura es un desafío a la lógica, un refugio contra la incertidumbre. Hay que dejar la ansiedad en casa y disfrutar del viaje", ha defendido.
La obra se enmarca en el centenario de la escritora, que el Teatro de la Abadía ha celebrado además con las puestas en escena de 'Caperucita en Manhattan', dirigida por Lucía Miranda, y de 'El sillón K. Cartas desde el olvido', bajo la dirección de Paula Paz.
Así, el director artístico del teatro, Juan Mayorga, ha celebrado que estos tres homenajes hayan sido de la mano de tres mujeres en la dirección.